La joven iglesia de Tesalónica enfrentaba gran oposición y persecución a su fe. Pablo da gracias de manera exuberante al ver la perseverancia en la fe de ellos. Sin embargo, había falsos maestros que los estaban alarmando diciendo que la venida de Cristo ya había llegado. Pablo entonces les recuerda que Cristo no vendrá sin que venga primero la apostasía y sea revelado el “hombre de pecado”. Pablo les habla como un general lo haría a sus tropas, instruyéndolos acerca de la estrategia del enemigo. Ahora nosotros recibimos estas instrucciones con el fin de no dejarnos engañar por sus estrategias de mentira.