El apóstol continúa con su introducción a la epístola compartiendo con los Corintios de una aflicción sobrecogedora que experimentó. Una dolorosa y peligrosa experiencia que le permitió conocer al Señor de una manera mucho más profunda y real. Un incidente que lo forzó a dejar de confiar en si mismo y lo empujó a confiar en el Dios que resucita a los muertos. Esa dependencia absoluta le permitió ver la poderosa liberación del Señor, Su Poder en la debilidad.