El Señor llama a recordar que Él es el Creador, Sustentador y Redentor de Su pueblo, por lo que trabajarán seis días y apartarán un día de reposo para Él. En Cristo, el reposo completo ha llegado, pues Él terminó la obra de redención eterna de las almas. La iglesia guarda este principio celebrando el Día del Señor, apartando un día para reposar y adorar a Aquel en quien por Su gracia hallamos nuestro verdadero reposo.